Aprendiendo a multiplicarme como mamá de mis mellizas

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domingo, 16 de noviembre de 2014

Vómitos en Bebes

VÓMITOS EN BEBES

Siento mucho el retraso en escribir pero llevo un par de semanas en el trabajo muy intensas y me ha sido imposible sacar un hueco para el blog.
Tenía muchas ganas de contaros esto, por si alguien se encuentra en esta misma situación y al igual que hice yo en su día, recurre a internet en busca de la experiencia de otros padres que hayan pasado por lo mismo, porque el ver vomitar a un bebe y más cuando son tan pequeñitos, es muy difícil. Os adelanto ya que todo termino bien.

Esta fue mi experiencia:

Tuve la suerte de que mis pequeñas que nacieron sin ninguna complicación. Fue por cesárea a las 37 + 5 semanas, pesaron 2, 260 Kg y 2, 370 Kg por lo que no tuvieron que ir a la incubadora. De hecho, ¡¡Las subieron a la habitación antes que a mi!!
 Las niñas evolucionaron muy bien por lo que a los tres días me dieron el alta y pudimos irnos junto con papa, los cuatro para casa.

Pero a los 10 días de nacer, Julia vomito dos veces y tuve que correr para urgencias.
La pediatra me dijo que si las niñas tenían fiebre o vomitaban que me fuera para urgencias porque al ser tan pequeñitas había riesgo de deshidratación y de complicaciones.

La primera toma que vomito lo hizo como por fases, pero la segunda fue un caño de leche. Os lo describo con detalles porque al menos a mí casi me da un infarto al ver como una niña tan pequeñita echaba tal cantidad de leche por la boca y con tanta fuerza, pero luego me explicaron que no debía preocuparme, que los bebes vomitan de esa manera.

Así que dejamos a Elena en casa con la abuela (que por esos días se estaba quedando con nosotros para ayudarnos) y mi marido y yo fuimos con Julia a urgencias.

Primer error: Dejar a Elena en casa. Ahora os explico el porqué.

Al llegar a urgencias la pincharon para mirarle la glucosa (que no estaba especialmente baja), le hicieron un cultivo de orina, exploración completa y la dejaron ingresada en observación unas 14 horas. En observación sólo podía estar una persona por lo que mi marido tuvo que irse para casa y esperar. Julia dejo de vomitar y me dijeron que la siguiera observando y que si vomitaba de nuevo más de 3 tomas seguidas que regresara al hospital.

¿Qué pasó con Elena? Ella fue la que paso la peor noche y eso que a ella no le pasaba nada. Días antes tuve la precaución de sacarme leche y congelarla (os explico como lo hacía en este post ) por si algún día la necesitaba. Ese día llegó antes de lo que pensé. Mi madre descongeló la leche, se la dio en un bibi y fue capaz de saciar el hambre, pero no la necesidad de consuelo que sólo una madre puede darle a un bebe con 10 días. Al menos, llegamos a esa conclusión de que lloraba porque me echaba de menos, porque sólo consiguió dormirse por agotamiento y cada vez que se despertaba se pasaba llorando todo el tiempo hasta que se volvía a dormir y así hasta que yo regresé a casa.

Fue entrar por la puerta, agarrarse a mi pecho y quedarse dormida, una vez terminó de comer, en cuestión de segundos.

Los vómitos se siguieron repitiendo a lo largo de los días aunque con menor frecuencia y casi nunca varias veces seguidas (aunque alguna hubo y tuvimos que regresar al hospital) y en las dos niñas (¿Os podéis imaginar lo que es tener dos bebes de días y que ambas vomitan? Prefiero no recordarlo…) pero según me dijeron los digestivos pediátricos que las vieron, no tenía de que preocuparme, hay niños que vomitan con más facilidad que otros (al igual que los adultos) y mis niñas eran, según las llamaron ellos, “de vómito fácil”.

Por suerte, con el paso de los meses, los vómitos disminuyeron su frecuencia hasta que desaparecieron.

¡¡Cuantas lavadoras tuve que poner en los primeros meses!!

Espero que nadie tenga que pasar por lo mismo, pero si es vuestro caso y por si os sirve, aquí tenéis mi experiencia.





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